Ahora destruida, la mansión Ballechin fue conocida como el lugar más acosado de Escocia. Acosado tanto por fantasmas de humanos como por los de los antiguos perros de una de las propietarias. Esta casa estuvo abandonada cerca de treinta años.
La mansión de Ballechin fue construida en 1806, sobre el emplazamiento de otra vieja mansión habitada por la familia Stewart durante más de tres siglos. En la mansión Ballechin vivió Robert Stewart, que es un personaje de leyenda muy conocido en todo el mundo. Robert Stewart viajó a la India en 1825 con la Compañía de la India Oriental y volvió de allí 25 años más tarde, en 1850, ya como un alto cargo. A su vuelta, regresó a Ballechin, casa que había heredado 16 años antes. Pero como la casa había sido alquilada a arrendatarios, Robert vivió un tiempo en una pequeña cabaña hasta que el contrato de alquiler expirara.
La población local lo consideraba un personaje excéntrico, ya que aunque era profundamente religioso, había desarrollado extrañas creencias durante los veinticinco años que había vivido en la India. Robert tenía también un gran amor hacia los perros: poseía catorce. Con los años, cerca de su muerte, Robert casi detestaba la convivencia con humanos y prefería convivir con sus perros. Su única amiga era su doncella, Sara, que falleció misteriosamente en la habitación del dueño, en 1873, a la edad de 27 años. Esta habitación iba a convertirse en la pieza más poseída de la casa.
El mayor Stewart creía firmemente en la transmigración de las almas y asegurado que quería volver después de su muerte en la piel de su perro favorito, un Épagneul negro. Murió en su mansión en 1874 y fue enterrado al lado de Sara. No sabemos si pudo volver en el cuerpo de su Épagneul. Pero de hacerlo imaginamos que se sorprendería porque su sobrino, que heredó la mansión Ballechin, nada más llegar a su nueva morada, hizo matar a todos los perros, comenzando por el Épagneul negro.
Poco tiempo después el primer fenómeno paranormal se produjo. La mujer de John Stewart, el sobrino del mayor Robert, estaba en la oficina de su marido cuando sintió un olor muy fuerte de perro (olor que ya venía sintiendo desde días antes) Repentinamente, fue atacada por un animal invisible. Los acontecimientos no tardaron en multiplicarse: ruidos extraños, golpes, arañazos, explosiones,... todos ellos, fenómenos inexplicables.
Un sacerdote jesuita, el padre Hayden, a menudo era alojado en Ballechin. Allí oyó sonidos y gritos en numerosas ocasiones. En una ocasión, escuchó el ruido de lo que parecía ser un perro que frotaba y llamaba suavemente en su puerta, pero cuando la abrió, no había nada al otro lado. Durante el enero 1895, John Stewart estaba hablando con un socio en la antigua oficina del mayor cuando fueron interrumpidos por tres voces fuertes que provenían del interior de la habitación en la que se encontraban. Esto pudo ser un presagio, porque poco tiempo después John Stewart murió en las calles de Londres.
En 1896, la casa fue alquilada a una familia durante un año. Esta familia tuvo que abandonar la casa a las once semanas (aunque habían pagado nueve meses por anticipado) después de haber oído numerosos golpes en las paredes y gritos inexplicables. Algún miembro de la familia incluso aseguró haber visto un fantasma vestido de un vestido de seda. Una de las hijas de la familia contó aterrorizada como una noche escuchó ruidos de pasos cojeando que iban y venían, en círculos, alrededor de su cama. La habitación en la que dormía era la misma en la que la doncella murió en 1873. Además, es interesante contar que el mayor Stewart volvió de la India con una herida permanente en una de sus piernas.
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