El Boy Negro

En este caso la protagonista parece que ha sido la amiga de la hermana de mi jefe, quien la ha difundido por toda la oficina.

Al parecer, la amiguita iba a contraer nupcias en breve con su novio de toda la vida y, para festejar su boda, decidió organizar una despedida de soltera por todo lo alto, montando para ello una fiesta de impresión.

El caso es que se fueron todas a cenar muy contentas, y tras el típico regalito de liga y disfraces de monja atrevidilla, se pusieron todas el uniforme de despedida, consistente en peluca de colorines, gorra con pito y biberón con forma de pene. Tras un montón de copas se animaron y decidieron acudir en grupo a un espectáculo de boys muy famoso en su localidad por la calidad de los que allí actuaban, sobre todo de un tal MAKUMBO, que estaba tremendamente bien dotado para el desarrollo de su profesión.

Por supuesto la futura novia se agarró una borrachera monumental. Al día siguiente (y en los días sucesorios) no recuerda nada de lo que ocurrió durante aquella noche loca.
Se casa y al poco tiempo se da cuenta de que está embarazada: ¡Qué bien! ¡Qué bien! Nueve meses de embarazo y momento del parto: El niño acaba de nacer, el médico (amigo de la familia) va corriendo a buscar al padre-marido, lo hace entrar en la sala y le enseña al niño: ES NEGRO (del mismo color que el "boy" de la despedida de soltera...)

Resultado: Divorcio inmediato.

Fuente: paisdelocos.com
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Grandes Fraudes: El Hombre de Piltdown

Todo comenzó cuando se encontraron en Inglaterra en 1912, en Piltdown, un pueblo de Sussex unos restos óseos que consistía en un cráneo parcial, un diente suelto y una mandíbula con dientes. Esa mentira duraría casi medio siglo.
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El dato del árabe

Lo más impactante de esta leyenda, aparte de que algunas personas juran y perjuran que les ocurrió realmente a sus tíos mientras estaban de viaje celebrando sus bodas de plata en Nueva York, es que ha surgido rápidamente (en menos de un mes ya circulaba de boca en boca) tras los tristes acontecimientos en las torres gemelas en el mes de septiembre.

Probablemente haya batido el récord de divulgación que hasta hoy mantenía la leyenda de Ricky Martin en Sorpresa, Sorpresa, establecido en semana y media tras la supuesta emisión del programa.

La leyenda en cuestión podríamos titularla el talibán de buen corazón, y básicamente consiste en que los tíos del que la cuenta se encontraban, como ya hemos dicho, en Nueva York de viaje de placer. Mientras paseaban por un turístico barrio de la ciudad observaron que a una persona desconocida se le caía la cartera al suelo sin que ésta se percatara de ello. Rápidamente la recogen y emprenden una persecución hasta que, dos manzanas más adelante, consiguen encontrar al sujeto para devolverle la cartera que tan distraídamente había perdido.

El hombre, de aspecto árabe, se muestra enormemente agradecido por la devolución de la cartera, tanto que insiste en invitarlos a comer o darles algún tipo de recompensa monetaria. Por supuesto la pareja, orgullosa de cumplir con su deber cívico, se niega en rotundo a aceptar cualquier tipo de regalo, así que el árabe, antes de despedirse, les aconseja que no se pasen por Nueva York durante el mes de septiembre...POR SU PROPIA SEGURIDAD.

Incluso existe otra versión en la que el problema del árabe es que le faltan un par de dólares para pagar su compra en el supermercado, y la parejita, que guardaba cola justo detrás de él, se ofrece amablemente a prestárselos. Mientras caminan hacia el cajero para que el árabe les devuelva el dinero, el hombre les hace la confesión.


Fuente: paisdelocos.com
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La Luna de Miel en Turquía

Hay mucha gente que viaja a países exóticos para su luna de miel o vacaciones: Túnez, Egipto, Turquía...

Las leyendas urbanas aprovechan países de este tipo para asentar historias y leyendas que asustan, posiblemente ideadas por gente que no tiene recursos para viajar a esos países y prefiere meter miedo a los que sí tienen dinero para hacerlo.
Nuestro matrimonio protagonista viaja a Turquía con motivo de su luna de miel. Se alojan en el mejor hotel de Estambul. Al día siguiente visitan las mezquitas de la ciudad en una excursión programada.

Cuando regresan al hotel dejan la cámara de video, las postales que han comprado y todo lo demás en la habitación y se bajan al comedor a saborear las excelencias de la cocina turca.
Cuando suben para echar una siesta tras la comida se encuentran con que les han desvalijado la habitación. No queda nada de su equipaje, ni ropa, ni maletas, nada.

Sólo les han dejado la bolsa de aseo con los cepillos de dientes, el champú y la cinta que estaba dentro de la cámara de video encima de la cama.

Tras denunciar el robo descubren las excelencias de viajar a países extranjeros ya que les cuentan que han sido víctimas de un robo por parte de una mafia local que desvalija habitaciones de turistas haciéndose pasar por empleados del hotel.

Pasan los siguientes días 5 días en Estambul con lo puesto y alguna ropa de emergencia que compran. Sólo pueden hacer fotos con una cámara de usar y tirar, volver al hotel y lavarse los dientes o la cabeza ya que no les queda ni tele en la habitación.

Aún así consiguen pasarla bien y regresan a casa con fotos, la cinta de video que grabaron antes del robo y unos regalos más baratos de lo que pensaban ya que el robo les dejó casi sin dinero.

Se sientan a ver la cinta de video con sus familiares para enseñarles las mezquitas de Estambul y lo que ven les deja boquiabiertos:

En vez de las mezquitas vieron como dos turcos, entre sonrisas, desvalijaban su habitación del hotel. Saludaban a la cámara y se reían. ¡Qué desfachatez! De pronto se quedaron sin respiración:

Uno de los turcos enseñó a la cámara los cepillos de dientes y entre risas se bajó los pantalones, se los introdujo varias veces en el ano, se los pasó por el pene y los volvió a dejar en la bolsa de aseo.

La grabación se interrumpía ahí. El marido y la mujer salieron disparados al baño a vomitar tras conocer la funda turca que envolvió sus cepillos de dientes.

Fuente: paisdelocos.com
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La Abuela Fallecida

Una familia normal y corriente decide, como tantas otras, marcharse de vacaciones en verano a un pequeño pueblecito perdido en la montaña. Para no dejarla sola todo el mes, la familia se lleva a la abuela con ellos, que además desde que se quedó viuda está muy triste y a ver si con los nietos se anima un poco.

Todo transcurre sin problemas durante la mayor parte de la estancia, los niños disfrutando del aire libre, los padres de la tranquilidad y la abuelita de sus paseos a la puesta del sol; pero un mal día, a pocas fechas de la vuelta, la abuela no se levantó de la cama porque la pobre había fallecido.

Como enviar un coche funerario a recoger el cadáver a un pueblo lejano les iba a salir un ojo de la cara, porque la difunta nunca había querido hacerse un seguro con una funeraria, decidieron buscar la mejor forma para trasladar a la abuela de vuelta a la ciudad hasta su última morada.

Por supuesto los niños no debían enterarse de nada hasta que no fuera el momento, así que en un principio pensaron en llevar a la pobre mujer en el asiento de detrás y decirles a los hijos que estaba durmiendo. Pero luego pensaron que al enterarse de la noticia, el hecho de haber viajado junto a su abuela fallecida podría provocarles un terrible trauma, así que ni cortos ni perezosos decidieron envolverla en unas mantas, subirla a la techo del auto y llevarla atada con unas cuerdas todo el viaje.

A los niños les contaron que la abuela se había quedado a pasar el resto de las vacaciones con unas amigas nuevas que había hecho en el pueblo, así que no sospecharon nada en absoluto. Parecía que todo iba a salir sin mayores complicaciones hasta que tuvieron que parar en una gasolinera para echar gasolina, tomar unos refrescos y vaciar sus vejigas. El caso es que tardaron bastante en regresar al automóvil y se dan cuenta horrorizados de que ¡Le han robado a la abuela! Imaginen la cara de los inocentes ladrones que, esperando encontrar el equipaje de la familia repleto de cosas de valor se encuentran con el "regalito". El susto tuvo que ser fenomenal.

Por supuesto la policía tuvo que tomar cartas en el asunto, porque la desaparición de un cadáver es un tema serio, y el asunto está ahora mismo en manos de los tribunales.
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Loco por Error

Marcos Pillado era un policía harto de los trabajos de oficina, harto de que su trabajo no fuera reconocido, harto de, harto de, harto de todo. Un día que parecía iba a ser como cualquier otro, recibe una información, según él, de vital importancia para resolver un caso que desde hacía meses tenía la comisaría patas arriba. Y en esta ocasión ya no pudo más. ¿Cómo era posible que sus superiores estuvieran tan ciegos? ¿Es que nunca iban a tener en cuenta sus fuentes? Así, como él sí creía en sí mismo, había llegado la hora de demostrar su valía. Pero no lo podía hacer desde dentro pues necesitaba trasladarse hasta Novallas, provincia de Zaragoza a unos 500 km y pensó en cogerse unos días de vacaciones que todavía le quedaban, sería una buena forma de aprovecharlos, pensó.

Aquella noche Marcos llegó a casa y mientras cenaban le explicó a su mujer sus intenciones. Al principio ella intentó disuadirlo pero atendiendo a que sólo se trataba de un par o tres de días y que no corría ningún peligro, se le agotaron los argumentos. Se trataba de la vida profesional de él y la felicidad de toda la familia. Una hora más tarde, Marcos ya había metido cuatro trapos en la maleta, se despidió de su mujer y sus hijas con un beso.

Conducía tranquilo, a una velocidad media y fácilmente constante, para Marcos el viaje parecía de lo más normal. Sin embargo, el tiempo estaba empezando a ponerse feo y ya eran las dos de la madrugada. Tenía pensado llegar a Novallas al amanecer por lo que no había hecho reserva en ningún hotel. Viendo que amenazaba una fuerte tormenta, decidió pisar un poco el acelerador para encontrar rápidamente un alojamiento. Desgraciadamente, su coche tuvo una avería en una zona aislada y lo único que alcanzaba a observar eran unas luces a pocos kilómetros de allí.

Marcos se dirigió a las luces andando bajo una fuerte lluvia y un viento que no le permitía avanzar. Casi dos horas después consiguió llegar a la puerta de un viejo edificio que resultó ser un manicomio. Le abrió la puerta un viejo vigilante al que le explicó todo lo ocurrido y le preguntó si sería posible utilizar el teléfono para avisar a una grúa. El vigilante le contó que las instalaciones era muy antiguas y el teléfono ya hacía rato que no funcionaba, algo habitual con el mal tiempo. Hasta el día siguiente no estaría arreglado y eso si cesaba la tormenta. El anciano vigilante le explicó que aquel era un hospital donde ingresaban enfermos mentales desahuciados por su familia o que estaban solos en el mundo por lo que no era usual recibir visitas y le ofreció pasar allí la noche, en una de las habitaciones vacías. Visto que no le quedaba otra opción dormiría allí y por la mañana avisaría a la grúa. Mientras le acompañaba a la habitación le preguntó si trabajaba alguien más con él y al parecer había otras cuatro personas pero con los que él no mantenía ninguna relación. La mayoría de los trabajadores de allí iban y venían, a nadie le gustaba trabajar en ese lugar, excepto a él.

Marcos se acostó y se quedó dormido rápidamente, estaba agotado debido a la tensión acumulada durante todo el día.


Lo que ocurrió desde ese momento no se sabe con certeza, ni creo que nunca se llegará a saber con exactitud. La cuestión es que aquel viejo vigilante murió aquella misma noche por causas naturales. El problema es que por la mañana cuando Marcos salió de la habitación y pidió que le dejasen llamar a la grúa, notó que los enfermeros que había allí, le trataban de forma rara, parecía que ignoraban sus peticiones, le decían que se marchara a la habitación y no molestara.

¿Qué era lo que estaba ocurriendo? Parece ser, que el vigilante no había dejado constancia que la persona que estaba allí, en aquella habitación, era alguien de paso que había tenido un problema con el coche. Marcos trató de explicar lo que había pasado pero le siguieron la corriente como a un loco más. El Sr. Pillado, llegado cierto momento, llego a ponerse violento incluso, lo que fue peor, ya que le redujeron y le sedaron, fueron dos semanas terribles. Hasta que por fin, su familia y sus compañeros de la comisaría consiguieron dar con él. No obstante, el golpe psicológico fue tan grande, que Sr. Pillado nunca pudo recuperarse y lo último que se sabe es que hoy día se encuentra ingresado en una institución mentar de su ciudad natal y que todos los días repite a los médicos y enfermeras sin cesar, que él no debería estar allí, que necesita llegar a Novallas y que le dejen llamar a una grúa.
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El Afrodisíaco

Es curioso pero muchas de las leyendas urbanas se transmiten en los institutos y universidades entre los estudiantes.

Van pasando de "boca en boca" y por lo general como algo extraordinario. Seguramente son la parte de la población más fácil de engañar.

Muchas de las leyendas urbanas tratan de sexo entre adolescentes.

En esas leyendas se mezclan el desconocimiento del sexo y las alteraciones de la edad con ese oculto mundo de los afrodisíacos.

Hay muchas historias que hablan de estos productos:

El niño cuyo padre es veterinario y le da en secreto a su hermana un producto que dicen se utiliza para poner "a punto" a las vacas y el niño y su amigo ven como la muchacha no puede controlar ese "deseo incontrolado" que está sintiendo.

En los años 70, se difundió la idea, y aún hoy se escucha, de que poniendo una aspirina en una Coca-Cola provoca un estado de "deseo" imposible de contener, de ahí que las muchachas no soltaran su vaso en ningún momento.

Esa falta de información hace que se piense en estos elixiris como algo que provoca hasta en la más cándida de las muchachas un desenfrenado frenesí.

La siguiente Leyenda Urbana trata de eso:

Un joven habla con un amigo, ese tipo de amigo que sabe de todo, sobre lo enamorado y las ganas que tiene de estar con una determinada muchacha, pero de todos es sabido lo "estrecha" que es.

A pesar de que algunos lo han intentando, nadie ha sido capaz de sacarle ni "un casto beso".

El amigo "sabelotodo" le recomienda que le ponga en la bebida Spanish fly un potente afrodisíaco elaborado a base de triturar un escarabajo, también se le llama "la mosca de España".

El joven hace lo que le han recomendado e invita a la muchacha al cine, donde compran bebidas y palomitas, como suele ser habitual, en un descuido de ella, pone la cantidad que le indicaron en la bebida de ella.

Se ponen a ver la película y el tiempo pasa sin que note ningún gesto que le indique que el "plan" está dando resultado.

A mitad de la película, el joven le dice que va a comprar más bebidas, con la intención de aumentar la dosis, cuando vuelve la chica se había marchado.

Desolado se va hacia el coche y comprueba que la muchacha estaba dentro en un estado "descontrolado" y "jugando" con la palanca de cambio del vehículo.
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Albert Einstein y su Chofer

Se dice que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su teoría de la relatividad, era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un conductor. Después de varios días de viaje, Einstein le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.


“Si quiere”, le dijo el conductor, “le puedo sustituir por una noche. He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.”


Einstein le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron ropas y Einstein se puso al volante. Llegaron a la sala donde se iba a celebrar la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein, no se descubrió el engaño.

El conductor expuso la conferencia que había oído a repetir tantas veces a Einstein. Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta. El conductor no tenía ni idea de cuál podía ser la respuesta, sin embargo tuvo un golpe de inspiración y le contesto: “La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi CONDUCTOR, que se encuentra al final de la sala, se la responda”
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Casos sin explicación científica: Congelado vivo

El invierno de 1984-1985 arrastró numerosas olas de frío sobre Estados Unidos, desde Michigan hasta Texas. La mañana del 19 de enero de 1985, en un poblado cercano a la periferia de Milwaukee, Winsconsin, mientras sus padres estaban dormidos el pequeño de dos años Michael Troche salió de su casa en pijama. La temperatura de la región en esas fechas oscilaba los 60 °C bajo cero –de acuerdo con los registros climatológicos del estado-. El menor pronto desmayo sobre la nieve, así permaneció algunas horas hasta que fue encontrado por su padre angustiado, quien notó que el infante no respiraba y se le había formado cristales de hielo encima y debajo de la piel, y tenía los miembros rígidos.


Michael fue ingresado de urgencia en el Children’s Hospital de Milwaukee, y de inmediato fue atendido por un equipo de 20 enfermeras y 18 médicos, encabezados por Kevin Nelly, especialista en hipotermia. Varios médicos coincidieron en que al manipular el cuerpo del pequeño era posible escuchar crujidos desde su interior debido al congelamiento de sus órganos, y que su cuerpo registraba una temperatura de menos de 16 °C. Los médicos conectaron de inmediato a Michael a una maquina conocida como pulmón artificial, con el fin de calentar de forma progresiva la sangre; le inyectaron diversos fármacos para evitar la inflamación del cerebro; le aplicaron masajes, y le realizaron diversas incisiones en el cuerpo para evitar que sus células reventaran por el aumento de tamaño a consecuencia de la congelación.
Durante tres días Michael permaneció en estado de semiinconsciencia, entre la vida y la muerte. De manera milagrosa, según el doctor Nelly, el niño mejoró y comenzó a recuperarse con una rapidez sorprendente. Semanas después sólo mostraba lesiones leves en los músculos de la mano, y los cirujanos tuvieron que injertarle trozos de la piel para cerrar las grandes incisiones hechas en sus brazos.
De acuerdo con el informe presentado por el doctor Nelly, Michael tampoco presento ningún daño cerebral a pesar del congelamiento. La única explicación que encontró a este caso fue que había sobrevivido porque era muy joven y pequeño, lo cual significaba que su cerebro y su reducido metabolismo necesitaban poco oxígeno para funcionar.
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El Encadenado de Michelena

Cuenta la leyenda que a mediados de 1925 vivía un joven buen mozo y enamoradizo llamado José, se dice que tenía su novia oficial llamada María Eugenia, pero siempre estaba con unas y con otras.

El padre de María Eugenia harto de los chismes que corrían por todo el pueblo, lo esperó una noche con un garrote y lo persiguió por todo el pueblo de Michelena, dándole garrotazos hasta matarlo. El joven sin vida quedo tendido, sin más palabras que decir, el papá de María Eugenia se retiró.

Días más tarde, mandó a que botaran el cadáver sin darle cristiana sepultura.  Un día salió muy temprano a hacer unas diligencias, pero al regresar se le hizo demasiado tarde. Al pasar por el frente de la cuesta del cementerio donde dejo al muchacho sin vida, al estar cerca sintió un escalofrió, pero de igual modo prosiguió, más adelante vio como una figura de un hombre se aparecía frente a él, en efecto era el espíritu de José que lo llamaba y le decía que tenía que pagar su crimen. El padre llego asustado a la casa donde lo recibieron sus hijos y sin más nada que decir cayó desmallado.

Tiempo después enloqueció y murió, nadie se explica lo sucedido pero dicen que fue el espíritu de José quien se lo llevo.

Al pasar los años, los vecinos comenzaron a ver un terrorífico espanto que bajaba del cementerio, con una túnica negra, ojos brillantes y unas largas cadenas que pendían de sus brazos, arrastrándolas por las calles empedradas.

La figura encadenada se sigue apareciendo por las calles principales del pueblo, desde el Cementerio hasta el Barrio Santa Rita, los días cercanos al aniversario de la muerte de este joven llamado José.
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El sexo oral y el cáncer de boca en los hombres

Un Estudio Publicado en la revista Journal of Clinical Oncology concluyó que la proporción de carcinomas orales relacionados al virus del papiloma humano (VPH) se incrementó en los Estados Unidos, entre 1974 y el 2004, quizás como resultado del cambio en las conductas sexuales.
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La Loca de Ejido

La leyenda cuenta que en una hacienda de la antigua Villa de Ejido, Mérida (Venezuela), vivió Lorenzo, un muchacho de veinte años, quien al morir su padre se convirtió en el heredero de todos sus bienes. En el medio de la hacienda y a la orilla del camino había una casita detejas y paja, que estaba oculta entre los ceibos. Allí vivía Marta, una hermosa muchacha que todas las tardes esperaba que Lorenzo regresara de sus viajes al pueblo.

Para los padres de ellos esto nunca fue un secreto, ya que Marta y Lorenzo se veían desde niños. Inclusive, ambas familias disfrutaban haciendo planes para la futura boda de sus hijos.

Una tarde como cualquier otra, Lorenzo llegó a su acostumbrado encuentro, pero ese día las cosas no salieron como de costumbre.

¿No podrás ir, Marta? -dijo Lorenzo, después de estrechar dulcemente la mano de su prometida.

No, Lorenzo, es imposible; mi mamá ha seguido enferma.
¡No te vayas, Lorenzo, por Dios, no te vayas!. Todos los años hemos ido juntos a Mérida, y no tengo valor para quedarme aquí sola por varios días, creyendo oír a cada instante las pisadas de tu caballo y buscándote en vano por las vueltas del camino. ¡Ah, qué triste debe ser este campo cuando tú estés lejos!.
Marta, -dijo Lorenzo enjuagándose las lágrimas de su rostro- tú sabes que no puedo quedarme, que debo ir forzosamente a Mérida con mi madre.

Luego de besarla, Lorenzo se apartó de su amada, tomó su caballo y partió desdibujándose entre los árboles y la oscuridad de la noche.

Transcurrieron tres días, y llegó el 26 de marzo de 1812. Repentinamente, en las calles abarrotadas de gente en Mérida, se estremeció la tierra de una manera espantosa. Las construcciones se derrumbaron y espesas nubes de polvo se apoderaron de toda la atmósfera del lugar. Las casas que el terremoto no había logrado derrumbar, estaban desiertas y sombrías, mientras una multitud se refugiaba en las plazas pidiéndole misericordia a Dios.

Al enterarse, Marta salió de su casa corriendo, perdiendo sus alpargatas y destrenzándose el pelo. La noche llegó, pero no fue impedimento para que la muchacha llegara a la ciudad.

Al observar los escombros, Marta lanzó un grito de horror:

¡Lorenzo!... ¡Lorenzo!

Nadie la veía, nadie la escuchaba. Pero ¿cómo podría ser escuchada entre tantos gritos y lágrimas?

De repente, allí estaba la madre de Lorenzo, sentada sobre un promontorio de ruinas y con la mirada perdida, poseída por el espanto. Marta se acercó hasta ella. Lorenzo había sido sepultado por lo que había sido el templo de San Francisco, y allí estaba, bajo las ruinas.

Los ojos de Marta adquirieron una expresión extraña. No gritó, no lloró. Aquella niña frágil que siempre había estado acostumbrada a una vida dulce y apacible, amaneció junto a las ruinas en donde había quedado su vida. Parecía que su inmenso dolor la había petrificado.

Después de ese día, todos los años, en semana santa, se veía una mujer recorriendo las calles de Mérida, seguida por un grupo de niños. Era joven, pero en su rostro se reflejaba locura, hambre y dolor.

Aquella mujer era Marta, la infortunada joven, víctima de una pasión tan profunda como inocente, llevada por la mano del destino hasta la muerte.
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Despertares Insólitos

En 1980 un piloto aviador de 45 años sufrió un accidente automovilístico que como consecuencia los hizo quedar en coma. Los especialistas creían que debido a lo traumático del golpe podría quedar en estado vegetativo el resto de su vida sin que pudieran hacer algo al respecto.
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Coincidencia Accidental

Una noche de junio de 1935, el entonces jefe de patrullas motociclistas de carretera de El Paso, Texas, Allan Falby, se encontraba en persecución de un camión que viajaba a exceso de velocidad. Cuando el conductor se percató de que el patrullero lo seguía, redujo la marcha y dio vuelta en una curva pronunciada. Falby no pudo realizar una maniobra adecuada con su moto, y se estrelló a toda velocidad con el camión.
Por un momento perdió la noción del tiempo y segundos después se dio cuenta que su pierna derecha sangraba debido a que tenía una arteria seccionada. De manera milagrosa apareció Alfred Smith, un automovilista que pasaba por el lugar del percance, y le brindó los primeros auxilios. Con habilidad innata Smith aplicó un torniquete sobre la extremidad dañada del policía, lo que detuvo la hemorragia hasta que llegó la ambulancia y fue trasladado al hospital, de donde salió una semana más tarde completamente recuperado.
Años más tarde, en abril de 1940, Falby recibió una llama de la central de patrullas en que se le solicitaba atender un percance automovilístico ocurrido en una carretera principal de Texas; contestó la llamada y dijo que se dirigía a la zona del accidente por que se encontraba a pocos kilómetros.

Al llegar al lugar vio un automóvil que se había impactado de frente contra un árbol y el inconsciente conductor sangraba de la pierna izquierda. Falby le aplicó en seguida un torniquete centímetros arriba de la herida para detener el abundante sangrado, lo que permitió salvarle la vida al accidentado.

Luego, cuando revisaba al hombre que estaba inconsciente y vio su identificación en la cartera, se dio cuenta de que se trataba de Alfred Smith, la misma persona que en condiciones parecidas le había salvado la vida cinco años atrás.

Fuente: Muy Interesante
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La Muñeca Okiku

Una muñeca misteriosa poseída por el espíritu de una niña ha capturado la curiosidad de las personas por todo Japón por décadas. La legendaria muñeca Okiku, llamada así por la niña que hace mucho tiempo solía jugar con ella, es una muñeca de porcelana vestida de kimono y de 40 centímetros, ojos negros y cabello que crece.

La muñeca Okiku ha residido en el templo Mannenji en el pueblo de Iwamizawa (de la prefectura Hokkaido) desde 1938. Según los cuidadores del templo, al principio la tradicional muñeca tenía el cabello corto, pero con el tiempo ha crecido hasta 25 centímetros hasta sus rodillas. Aunque el cabello es cortado periódicamente, dicen que sigue creciendo.



Según cuenta la historia, la muñeca fue comprada originalmente en 1918 por un chico de 17 años llamado Eikichi Suzuki mientras visitaba Sapporo por una exhibición marina. Compró la muñeca en Tanuki-koji (La más famosa calle de compras de Sapporo) como un recuerdo para su hermanita de 2 años, Okiku. La niñita adoraba su muñeca y jugaba con ella todos los días, pero al siguiente año, la niña murió repentinamente por un resfriado. La familia puso la muñeca en el altar casero y le rezaba diariamente en memoria de Okiku. 




Un tiempo después, notaron que el cabello comenzó a crecer. Este hecho fue aceptado como una señal de que el espíritu sin descanso de la niña había tomado refugio en la muñeca.  En 1938, la familia Szuki se mudó a Sakhalin, y pusieron a la muñeca al cuidado en el templo Mannenji, donde se ha mantenido desde entonces.



Nadie ha podido explicar detalladamente por qué los cabellos de la muñeca siguen creciendo. De todas formas, un examen científico de la muñeca supuestamente concluyó que los cabellos eran en verdad de una niña.
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La Sayona

La Sayona es un relato originario de los llanos venezolanos y data de la época colonial. Se trata de la historia de una mujer muy celosa llamada Casilda, que mató a su marido y a su mamá, pensando que estos tenían un romance. Su madre, en la agonía de la muerte, la maldijo diciéndole: "Sayona serás para siempre y en nombre de Dios, que así sea". Desde ese entonces vaga sin descanso ni paz, persiguiendo a los hombres infieles para conquistarlos y luego matarlos.


Entre las muchas historias que se cuentan en los llanos venezolanos se encuentra la siguiente: Una noche un hombre se escapó para encontrarse con su amante, en medio del camino se sorprendió al ver que ella venía a su encuentro, aunque le extrañaba su caminar tambaleante. Corrió detrás de ella, pero al llegar a su casa la mujer siguió de largo. El hombre desconcertado le dijo: Pero bueno, ¿Qué pasa?




Cuando volteó, se encontró con una mujer blanca con cara de muerte, dientes afilados como hachas y unas enormes uñas como garras. Salió corriendo hacia su casa y el ánima lo persiguió con los brazos abiertos para estrecharlo.



El hombre logró escapar y al llegar a su casa, se encontró con su suegra despierta, quien al verlo tan agitado le preguntó:

-Mijo ¿Y a ti qué te pasó?
-¡Qué buen susto me llevé! Salí un momentico a orinar y me salió esa mujer... 
-¡Ay mijito, tú como que le estás montando los cuernos a mi hija! Déjese de eso, yo que se lo digo...

El hombre asegura que tras esa experiencia no le quedaron ganas de volver a engañar a su mujer.

Por lo tanto, es mejor que aquellos hombres que disfrutan engañando a su pareja, se lo piensen bien antes que se le aparezca LA SAYONA.
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El Último Autobús

Resulta curioso que en un transporte público sucedan cosas así, pero es lo que le aconteció a una joven en Zaragoza. Una joven se disponía a tomar el autobús a altas horas de la noche de camino a su casa, el frio y la neblina hacían estragos en la parada por lo que al parar el autobús subió rápidamente y se sentó sin mirar enfrente de un trío de personas, de los cuales uno de los hombres estaba de pie y una mujer sentada al lado de otro hombre con la cabeza apoyada en el hombro de éste. Otro joven subió al autobús pero este se sentó un poco más lejos.

La joven lejos de lo que le iba a suceder saco un libro del bolso y se puso a leerlo. En un brusco giro del bus la mujer sentada entre los hombres se quedo mirando a la joven con la mirada desencajada y la boca abierta, la joven la miraba y no daba crédito a lo que veía, era muy rara esa expresión. Llegando a la parada donde la joven tenía que quedarse, ésta guardó el libro, se levantó y se dirigió hacia la puerta trasera del bus, no sin antes volver a girar la cabeza para volver a ver la expresión facial de aquella mujer. El joven del autobús también se dispuso a quedarse en esa parada y se puso al lado de la joven. En ese momento el joven tomó del brazo a la chica y le dijo "no grites, no te asustes y no vuelvas a mirar a esa señora, soy médico, bájate conmigo en la parada, y por tu vida no grites". La joven hizo caso y se bajó al pararse el autobús en la parada junto al joven. Una vez en la calle cuando el bus se fue el joven le dijo "soy médico y esa mujer que iba con los hombres estaba muerta, hay que llamar a la policía".
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El Extraño del Hacha

Esta es una historia que le sucedió al amigo del amigo de un amigo, quién viajaba con 2 amigos más por las montañas chilenas. Ellos iban muy tranquilos recorriendo los valles chilenos, y decidieron acampar, ya que eran las 21:00 horas. Entonces, cuando armaron el fuego y se pusieron a cocinar espaguetis, vieron un hombre que caminaba extraño y tenía un hacha en la mano izquierda. Tenía pelo largo y no se le veía la cara. Ellos se acurrucaron cerca del fuego, atemorizados de ese extraño hombre. El señor se sentó a su lado y hacia gemidos amenazantes. Ellos le ofrecieron fideos, pero el hombre se quedó fijo, '"mirándoles". Luego de un rato se fue, entonces ellos empezaron a reírse, para disimular sus nervios. 

Al otro día, fueron a un Parque Nacional, donde había un Guardabosques y otra mujer, y les contaron la anécdota sobre el hombre del hacha. La mujer, muy inquieta y alterada buscó ansiosamente entre una carpeta de "BUSCADOS". Los chicos se impacientaron, cuando la mujer le mostró una foto de un hombre con pelo largo, estatura media y agarrando un hacha. "Este hombre escapó hace 4 meses del manicomio central. Llevamos tiempo buscándolo, porque habita entre los Parques y la montaña y es un asesino en serie con problemas psiquiátricos".

Dicho esto, los tres viajeros salieron de la oficina dejando todas sus pertenencias, y tomaron el primer bus. 
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El Fantasma de la Chaqueta

Esta es una historia que se presume fue real que sucedió en Asunción, Paraguay. Esto sucedió una noche de lluvia intensa en la cual un taxista hacia sus labores rutinarias. Cuando de repente ve a una hermosa muchacha esperándolo para acudir a su servicio. La joven pidió al taxista que acercara a su casa, que quedaba a unos 8km aproximadamente del lugar, una vez que llegaron a destino la joven debía ingresar a un callejón que le permitía llegar a su casa. El taxista decentemente ofreció a la joven prestarle su chaqueta impermeable, evitando que esta se mojara a llegar a su casa, la joven agradeció al taxista y pidió que al día siguiente vaya a buscar la chaqueta que la había prestado y este accedió a lo acordado.

Al día siguiente el taxista volvió al lugar, toco el timbre de la casa y preguntó por la joven. Salió a atender la madre, y asustada comento al taxista que su hija había muerto 3 años antes en un asesinato, producto de un asalto, justo en el lugar donde la joven había tomado el taxi. El taxista sorprendido no creyó a la madre de la joven por consecuencia, la madre pidió al taxista que la llevara al panteón de su hija y gran sorpresa se llevaron cuando encontraron la chaqueta del taxista encima de la tumba de la joven. Los restos de la joven yacen en el cementerio de la recoleta en Asunción, Paraguay.
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La Leyenda de Hello Kitty

La Tierna Hello Kitty

¿El diablo tuvo algo que ver con la creación de tan encantadora gatita? La historia que hay detrás su creación ha hecho correr ríos de tinta hasta el punto de convertirse en una de las más extendidas leyendas urbanas...

Ahora comienza la supuesta “realidad” de tan tierno personaje que ha dado lugar a tan extendida leyenda urbana:

La leyenda urbana cuenta que en los años 70 había una niña de 14 años que estaba en fase terminal de cáncer de boca. Los médicos ya habían arrancado todas las esperanzas de la familia en relación a la cura de la niña, así que la madre de la niña, Ikaka Shimizu, desesperada, acudió a todas iglesias y cultos, pero al no obtener resultado se inició en el ocultismo y satanismo, para al final, hacer un pacto con el diablo.

Presentó la niña al diablo para que curase a su hija, le hizo una promesa de fabricar una marca que fuese famosa en todo el mundo, el diablo cumplió su parte y la madre también. Creó a Hello Kitty.


La palabra hello en ingles significa hola, y la palabra kitty de origen chino significa algo así como demonio, entonces Hello kitty significaría. “Hola Demonio”.


Otra curiosidad es que hello kitty no tiene boca debido al caso de cáncer en la boca de la hija de su diseñadora.Esta es la otra historia de tan entrañable personaje, desde luego no está documentada, por eso entra en la categoría de leyenda urbana, lo que sí es cierto es la escasez de datos acerca de la biografía de la diseñadora y su extraña desaparición de la empresa un año después. Otro dato es que varios satánicos llevan tatuado a Kitty en la piel e incluso circulan videos de misas negras con la imagen de la gatita que algunos llaman “la hija del demonio”.

Ayudada por el demonio o no, lo cierto es que su éxito es imparable y como curiosidad, el personaje se ha usado también en otras circunstancias que no tienen nada que ver con el mundo infantil:

En 1999, en Hong Kong, tuvo lugar un brutal asesinato que pasaría a llamarse el Hello Kitty murder. El popular nombre del caso deriva del hecho de que los asesinos ocultaron la cabeza de la víctima en una muñeca de Hello Kitty después de haberla decapitado.

En agosto de 2007, los policías tailandeses que habían cometido pequeñas infracciones como llegar tarde o aparcar en zonas indebidas fueron obligados a llevar brazaletes de Hello Kitty durante varios días como castigo.

También en ese mismo año, fue detenido un famoso narcotraficante colombiano, que aparte de tener una importante colección de objetos y prendas de la gatita, utilizaba la imagen de la marca japonesa para enviar mensajes codificados a sus contactos a través de su correo electrónico.
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Muertes Insólitas

Muerte por Barba

Este hombre es Hans Steininger, un austríaco que vivió en el siglo XVI y que era famoso por tener una barba larguísima. Según algunas fuentes llegaba a medir 1,4 metros.

Pero un día de 1567 hubo un incendio en la cuidad en la que vivía. El pobre Hans Steininger, que para caminar debía atarse la barba, se olvidó con las prisas de la huida y eso fue su perdición, ya que en plena carrera se la pisó cayendo con tan mala suerte que se rompió en cuello falleciendo en el acto.



Muerte por abrazar el reflejo de la Luna


El poeta chino Li Po es considerado uno de los dos más grandes de la historia literaria china. Era muy conocido por su amor al licor y se sabe que escribió muchos de sus grandes poemas mientras estaba borracho. Y en ese estado se encontraba la noche en que cayó de su bote y se ahogó en el río Yangt-ze al intentar abrazar el reflejo de la luna en el agua. 


Muerte por aguantar las ganas de orinar

El noble y astrónomo danés Tycho Brahe era un personaje interesante. Tenía un enano como bufón al que sentaba bajo la mesa durante la cena. Incluso tenía un alce entrenado como mascota. Tycho también perdió la punta de su nariz en un duelo con otro noble danés y tuvo que usar una nariz falsa hecha de plata y oro, pero ésa es otra historia. Se dice que Tycho tuvo que aguantarse las ganas de ir al baño durante un banquete particularmente extenso en 1601 (levantarse en medio de una cena era considerado como algo realmente ofensivo), a tal punto que su vejiga, llevada al límite, desarrolló una infección por la que murió. Análisis posteriores sugirieron que Tycho murió en realidad por envenenamiento con mercurio, pero esa conclusión no es tan interesante como la historia original.


Muerte por Postre

El Rey Adolfo Federico de Suecia amaba comer y murió por ello. Conocido como “El rey que comió hasta morir”, falleció en 1771 a la edad de 61 años a causa de un problema digestivo luego de comer una cena gigantesca consistente de langosta, caviar, chucrut, sopa de repollo, ciervo ahumado, champaña y catorce platos de su postre preferido: semia, relleno de mazapán y leche. 





Muerte por concha de naranja

Bobby Leach no temía cortejar a la muerte: en 1911 fue la segunda persona en el mundo en sobrevivir a una caída en barril por las cataratas del Niágara. Realizó muchas proezas de ese tipo, por lo que su muerte es especialmente irónica. Caminando por una calle de Nueva Zelanda, Leach tropezó con un pedazo de cáscara de naranja. Se rompió la pierna tan mal que debió serle amputada. Murió debido a complicaciones de la cirugía. 


Muerte contando un chiste

Dick Shawn (1924-1987) fue un comediante que tuvo un ataque al corazón y murió durante una broma que pareció extrañamente apropiada: se estaba burlando de los políticos que en su campaña decían cosas como: No me voy a dormir en mi cargo. Shawn entonces se tiró al piso, boca abajo. En un principio, el público pensó que eso era parte del show, hasta que un rato después un empleado del teatro subió al escenario, constató su pulso y empezó a darle los primeros auxilios. Llegaron los paramédicos, y al público se le pidió que se fuese a casa: Dick Shawn estaba muerto. 












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