Hay mucha gente que viaja a países exóticos para su luna de miel o vacaciones: Túnez, Egipto, Turquía...
Las leyendas urbanas aprovechan países de este tipo para asentar historias y leyendas que asustan, posiblemente ideadas por gente que no tiene recursos para viajar a esos países y prefiere meter miedo a los que sí tienen dinero para hacerlo.
Nuestro matrimonio protagonista viaja a Turquía con motivo de su luna de miel. Se alojan en el mejor hotel de Estambul. Al día siguiente visitan las mezquitas de la ciudad en una excursión programada.
Cuando regresan al hotel dejan la cámara de video, las postales que han comprado y todo lo demás en la habitación y se bajan al comedor a saborear las excelencias de la cocina turca.
Cuando suben para echar una siesta tras la comida se encuentran con que les han desvalijado la habitación. No queda nada de su equipaje, ni ropa, ni maletas, nada.
Sólo les han dejado la bolsa de aseo con los cepillos de dientes, el champú y la cinta que estaba dentro de la cámara de video encima de la cama.
Tras denunciar el robo descubren las excelencias de viajar a países extranjeros ya que les cuentan que han sido víctimas de un robo por parte de una mafia local que desvalija habitaciones de turistas haciéndose pasar por empleados del hotel.
Pasan los siguientes días 5 días en Estambul con lo puesto y alguna ropa de emergencia que compran. Sólo pueden hacer fotos con una cámara de usar y tirar, volver al hotel y lavarse los dientes o la cabeza ya que no les queda ni tele en la habitación.
Aún así consiguen pasarla bien y regresan a casa con fotos, la cinta de video que grabaron antes del robo y unos regalos más baratos de lo que pensaban ya que el robo les dejó casi sin dinero.
Se sientan a ver la cinta de video con sus familiares para enseñarles las mezquitas de Estambul y lo que ven les deja boquiabiertos:
En vez de las mezquitas vieron como dos turcos, entre sonrisas, desvalijaban su habitación del hotel. Saludaban a la cámara y se reían. ¡Qué desfachatez! De pronto se quedaron sin respiración:
Uno de los turcos enseñó a la cámara los cepillos de dientes y entre risas se bajó los pantalones, se los introdujo varias veces en el ano, se los pasó por el pene y los volvió a dejar en la bolsa de aseo.
La grabación se interrumpía ahí. El marido y la mujer salieron disparados al baño a vomitar tras conocer la funda turca que envolvió sus cepillos de dientes.
Fuente: paisdelocos.com
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