En el año 1910 un empleado que había sido cuidador del cementerio de la Recoleta durante 29 años, se suicidó. Su nombre era David Alleno, un inmigrante italiano que, aunque de origen humilde, era un enamorado del arte. Aparentemente, esta persona estaba fascinada con las maravillosas esculturas que adornan el cementerio, por lo que siempre tuvo el profundo deseo de que este sea su última morada y comenzó a ahorrar dinero para poder comprar su propia parcela dentro del cementerio.
Su hermano, administrador del cementerio en aquel entonces, ganó la lotería y compartió el premio con David, lo cual le facilitó concretar su sueño. Así fue como construyó su propia tumba e inclusive viajó a su nativa Génova buscando a alguien que pudiera tallar su figura en mármol. Curiosamente, en la base de la misma, el escultor escribió: "fue cuidador del cementerio desde 1881 hasta 1910".
Se dice que fue tal su emoción al ver la obra terminada y además, luego de leer esa frase, que no quiso contrariar lo que allí decía, por lo cual se suicidó para estrenar su bóveda. La persona que se encarga de la vigilancia nocturna jura haber visto el fantasma de David Alleno. Otros no lo han visto, pero aseguran que todavia se escucha el tintineo de las llaves a la hora en que comenzaban sus rondas, todas las noches. La bóveda tiene en la parte superior un busto de un señor con bigotes y en la puerta se lee "Juan Alleno", quien pudo ser el hermano o el padre de David, ya que ambos se llamaban igual.
Tweet
No comments:
Post a Comment
Las historias, mitos y leyendas publicadas en este blog, no pretenden descalificar ni desprestigiar a las personas por su condición física, sexual o ideológica. Las historias son sólo eso, historias que le sucedieron al amigo de un amigo. Los comentarios en este blog son responsabilidad de quien los emite. Por favor se moderado y respetuoso hacia el punto de vista de los demás.