La historia cuenta que durante la peste bubónica del
siglo XIV, para evitar la acumulación y putrefacción de cadáveres en las calles
y canales de Venecia, sus habitantes comenzaron a llevarlos a la isla donde
eran arrojados a grandes fosas y quemados.
Cementerio
para muertos y vivos
No sólo muertos fueron recluidos allí, también
enfermos y con el tiempo, ganada la ciudad por el pánico, cualquiera que
pudiera ser sospechoso de estar contagiado.
Se calcula que más de 200.000 personas, fueron
encerradas vivas en aquel gigantesco cementerio.
Los
locos y los espíritus
La isla permaneció abandonada durante siglos, sólo
el oleaje cada tanto arrancaba restos humanos que habían pasado a formar parte
de su suelo.
En 1922 se construyó allí un hospital psiquiátrico. Los
enfermos recluidos en Poveglia decían que veían extraños espíritus deambulando
por la isla; por su estado de enajenación mental nadie les creyó.
Experimentos
truculentos con pacientes y trágica muerte
El médico y director de aquel hospital decidió,
quizás afectado por el mismo ambiente del lugar, probar métodos de curación de
exagerada crueldad, que incluyeron lobotomías y trepanaciones.
Se cuenta que cuando los fantasmas, no se sabe si
los de antes o los surgidos de su inhumana práctica de la medicina, comenzaron
a acosarle, se arrojó desde la torre del hospital.
Sin embargo no fue este su final, sino que, según
contaron quienes estaban presentes, una extraña nube de humo que nadie sabe de dónde
surgió, se introdujo en su cuerpo y lo asfixió.
El
terror sigue hoy día
El hospital se cerró, la isla se puso en venta, pero
sus únicos compradores huyeron luego de una noche de terror. Nunca quisieron
revelar un extraño hecho que desgarró el rostro de su hija, la que debió
recibir 14 puntos.
Las
uvas de los fantasmas
En Poveglia hay plantados viñedos, por eso de que
los restos orgánicos producen exquisitas uvas.
A recogerla sólo han ido los más osados pero huyeron
y nunca volvieron. Decían haber sido acuciados por gritos y lamentos
desgarradores; y por la agobiante maldad que llegaban a percibir en el lugar.
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