Los
fantasmas han formado parte de todas las culturas a lo largo de la historia, lo
cual se debe a la creencia en la reencarnación. Es así que muchas
civilizaciones consideran un hecho cotidiano la existencia de fantasmas, e
incluso conviven con ellos. En algunas culturas precolombinas, los muertos eran
embalsamados y situados en un lugar privilegiado de la casa, y se les pedía
consejo.
Según
las creencias, los fantasmas son manifestaciones perceptibles de seres que
ya no están vivos. Las mismas pueden ser visuales, auditivas, tangibles,
olfativas, en ocasiones, con movimiento de objetos.
La
creencia en fantasmas ha estado presente en todas las culturas, y está
vinculada a la creencia en la reencarnación. Los egipcios que privilegiaban la
vida de ultratumba, presentaban ofrendas consistentes en comida a sus muertos,
pues creían que éstos continuarían con sus hábitos en el más allá.
En
China, los fantasmas son almas que se rehúsan a ser recicladas, pues tienen
tareas importantes inconclusas. Un fantasma en la creencia china puede optar
por varios destinos, reencarnar, desaparecer, transformarse en un semidiós y
así alcanzar la inmortalidad, también puede ir al infierno y sufrir
eternamente, incluso puede morir de nuevo y convertirse en un fantasma de
fantasma.
Hay
culturas que aceptan a los fantasmas como parte de la vida cotidiana. Las nuevas
tecnologías han aportado técnicas que los investigadores que intentan probar la
existencia de los fantasmas han usado en sus estudios. Tal es el caso de las
psicofonías, que son grabaciones donde aparecen sonidos inexplicables que se
atribuyen a la presencia de fantasmas. También se utilizan representaciones
visuales, y proyecciones del aura.
Castillos
embrujados
Existe
en Inglaterra una larga tradición sobre fantasmas, de sus 1400 castillos
rurales, se considera que muchos estarían embrujados. Esta situación, lejos de
ahuyentar a los visitantes, por el contrario, ha creado un nuevo mercado
turístico, aquellos que llegan a estas tierras en busca de experiencias
paranormales.
El castillo
Chillingham:
Considerado como el castillo más embrujado de Inglaterra, se encuentra
emplazado en Northumberland y ha sido convertido en hotel, que está poblado por
numerosas almas en pena. La aparición más famosa del castillo, lo constituye el
“muchacho triste”, cuyos gritos de agonía pueden sentirse a la medianoche cerca
de las dependencias del buffet. Se dice que luego de los gritos, en la
habitación contigua puede verse una luz tenue que rodea una cama con dosel, y
luego por un costado, se ve la figura del muchacho que desaparece rápidamente.
Los huesos del muchacho fueron descubiertos no hace mucho
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